El turismo sigue siendo una de las principales fuentes de divisas de nuestro país. Para respaldar esta afirmación, basta decir que el 12 por ciento de la población activa española trabaja en este sector. Este área económica proporciona trabajo a 2,5 millones de personas y tiene una tasa de desempleo del 6,7 por ciento.
Un mercado tan amplio ofrece infinidad de puestos de trabajo y, aunque se sigue caracterizando por su estacionalidad (la temporalidad aumentó un 12 por ciento), este sector cada vez depende menos de las vacaciones de verano y su actividad se dilata a casi todo el año, ampliándose destinos y tipos de ocio que han llevado a abrir nuevas oportunidades de negocio allí donde hay algo distinto y atractivo que ofrecer al turista sin que necesariamente sean los, en otros tiempos imprescindibles, sol y playa.
En plena transformación
Las empresas turísticas están en constante cambio aunque todavía arrastran algunas características del pasado. Según datos del Instituto de Estudios Turísticos, seis de cada diez ocupados en la industria del turismo eran varones y, en todas las ramas de la actividad, la presencia masculina fue mayor que la femenina. Esta tendencia está en plena transformación, al igual que la preparación de los profesionales.
En 2005, según un informe del Instituto de Estudios Turísticos, un 60,8 por ciento de los ocupados en turismo habían completado la formación secundaria; un 20,7 por ciento, los estudios superiores, y un 18,3 por ciento, los estudios primarios. Los datos no dejan lugar a dudas y, si quieres encontrar un buen empleo en este campo, la formación es la herramienta imprescindible para abrirse camino. Como suele ocurrir en otras profesiones, el empleo entre los trabajadores con estudios superiores aumentó en sólo un año en un 18,5 por ciento, lo que da una muestra del incremento en las exigencias formativas.
La extensión de los servicios demandados por un mercado tan potente no sólo involucra a las empresas que trabajan directamente con el turista (agencias de viajes, touroperadores y hoteles), sino que llega a la administración que requiere a profesionales titulados para la organización, planificación y desarrollo de actividades relacionadas con el ocio, la cultura y la gastronomía.
Los salarios de un área tan amplia son tan variados como su tamaño aunque las remuneraciones son muy altas para los profesionales cualificados con experiencia y un buen manejo de varios idiomas. Estos tres baremos suelen ser los que marcan los ingresos y la calidad del empleo en el campo del turismo.
La opción rural sigue creciendo
Si hay un sector dentro del turismo español que emerge con una fuerza constante, ese es el turismo rural. Un informe de la Asociación Nacional de Comunicadores de Análisis y Estudios del Desarrollo Rural cita dos factores para explicar este auge: «la curiosidad» que ha provocado entre los medios de comunicación y el «mimo» que ponen las administraciones públicas en subvencionar y ayudar a este tipo de negocios que contribuyen a paralizar el abandono de las zonas rurales por falta de expectativas económicas.
La abundante información sobre este subsector ha provocado expectativas por encima de la realidad porque sigue siendo «una parte muy pequeña del turismo nacional en números absolutos», según concluye el mencionado informe.
El documento establece, sin embargo, que «el turismo rural se ha convertido en una actividad fundamental para una gran parte del territorio nacional».
Oferta multiplicada por diez
Desde el año 1994, la oferta se ha multiplicado prácticamente por diez y sigue creciendo a un ritmo similar. En marzo de 2006 se habían superado los 10.400 alojamientos con más de 92.500 plazas abiertas, con un incremento en tres meses de más de 600 plazas.
Otro de los datos más interesantes del turismo rural llega con la titularidad de los establecimientos. Si el gran turismo de playa está copado por las grandes compañías, el rural está dominado por los pequeños empresarios y autónomos, en la mayoría de los casos procedentes de las mismas zonas donde se ubica la actividad, pero en otros se trata de «emigrantes urbanos» que buscan calidad de vida y negocio