Las disruptivas TIC junto a la globalización han abierto un sinfín de posibilidades. Hoy, ya no solo a las grandes organizaciones, también a pequeñas y medianas empresas.
Empezaremos con la afirmación del profesor Darlos Darián, de la SPAIN Business School. Nos dice: «Aunque las empresas tienen vida y personalidades propias, siguen siendo conformadas por seres humanos. Por eso, en muchas ocasiones les paraliza el miedo a salir de su zona de confort». El pánico por salir de la zona de confort nos enfrenta a directivos ligados a modelos de negocios y tecnologías que para bien ya no forman parte del presente contexto social, cultural y empresarial.
La Transformación Digital ya no es una meta. Es una necesidad real e inminente que debe ser resuelta para el bien de las compañías. Se deben iniciar estos cambios con objetivos y criterios bien definidos, con organización y con la participación de todas las áreas de la empresa. Este último punto es fundamental. Si no involucramos a nuestro capital humano, de nada servirá ser pioneros tecnológicos. No les corresponde a los directivos ni a los integrantes del departamento de tecnologías determinar qué necesitan los demás departamentos, cada uno de ellos conocen mejor que nadie sus necesidades.
Dicen que todos los caminos llevan a Roma y en este caso no será distinto. Tenemos infinitas formas y metodologías para la digitalización de nuestro negocio. Pero nosotros, desde Turistium, con la ayuda del profesor Darián, os contamos cuatro pasos muy sencillos.
- Libera las mentes y marca la meta
- Diseña y planifica
- Cata para afianzar
- Trabaja para alcanzar tus metas
- ¿Si no sabes a donde vas, cómo vas a llegar? Define las metas y objetivos
En esta fase nuestros mejores aliados serán los empleados y por tanto deben estar representados todos aquellos que vayan a beneficiarse, esto no quiere decir que deban participar todos los empleados de la empresa, quiere decir que deben participar representaciones de cada departamento; como comenté al principio ellos conocen mejor que nadie sus responsabilidades, retos y necesidades. Así pues, haz encuentros con ellos e involúcralos. Colecciona sus necesidades. ¡Hazlos sentir importantes!
- Diseño y planificación, GO!
Es hora de identificar qué camino tomaremos y en qué tiempo lo haremos. Es muy recomendable diseñar nuestra estrategia de una manera robusta, ágil e iterativa. No dejes pasar demasiado tiempo para ver los primeros resultados. Recuerda tan es importante el largo plazo como el corto en un proceso de esta magnitud.
Inclusión debe ser un punto crítico en tu diseño, debes ser capaz de hacerles sentir que son ellos unos de los beneficiados por el proceso y que, sin su apoyo, nada tiene sentido. No olvides generar premios para celebrar los resultados. ¡A todos nos gustan un halago!
- Testea y prototipa
Testea, testa y testea. Crea un prototipo ideal de solución. Escoge un departamento e implanta, no tiene que ser lo más difícil de implementar, solo da el primer paso, obtén los primeros resultados, echa a volar. ¡Nadie dijo que es cuestión de cinco días!
Ves a la primera fase y obtén las preocupaciones y necesidades de tus empleados, ten claro a quien te diriges, crea el prototipo y reserva tiempo para comentarlo con tus colegas del departamento.
- Trabaja duro. Nadie dijo que fuera fácil.
Trabaja para lograr lo que te has propuesto. No tenemos la panacea. Esto varía de un proceso a otro, lo que es recomendable es usar una metodología preferentemente ágil y un sistema de trabajo donde haya mucha comunicación y retroalimentación. Es buena idea que sea flexible, iterativo y escalable.
Obtén resultados, valídalos, ponlos en función, socialízalos y comienza con una tarea nueva. Ve creando actitud innovadora, premia la implicación y el positivismo. Ah y no te olvides, acata las críticas con buen ánimo y úsalas para mejorar.
¿Y después que hago?
Nada. ¿Qué más quieres hacer? ¿Te parece poco? De golpe y porrazo te darás cuenta que todo empieza a engranarse y no verás de forma tangible lo que has hecho. No te preocupes. Eso significa que vas en el buen camino. El golpe te lo darás el día que salgas a ver el resto del mundo.