Seguimos viviendo una situación de excepción en todos los sentidos. Especialmente en el ámbito laboral.

 

Una verdad absoluta, sin entrar a valorar los aspectos más pesimistas de este nuevo escenario propiciado por el COVID-19, es que lo que esta situación conlleva, seguro, es cambio.

 

Desde la perspectiva laboral nos ha afectado a –casi- todos por igual, abriendo un nuevo escenario para muchos. Como ya abordamos en los 8 consejos para no morir en el intento.

 

El teletrabajo.

A priori y fuera del contexto actual, puede parecer que todo lo que esta modalidad de trabajo desde casa aporta muchas ventajas para las personas. Sobre todo en el ámbito de conciliación y auto-gestión laboral.

Pero si no sabemos gestionar esta nueva faceta laboral, puede convertirse en una arma de doble filo y contagiarnos de aspectos negativos que afecten directamente a nuestra persona, nuestro trabajo y nuestra productividad.

El trabajar desde casa puede esconder grandes retos cuando nos enfrentamos a nuestra jornada laboral solos y en casa. No obstante, ahora mismo, debemos afrontar este reto con la casa llena.

 

¿Cómo convivir en casa con nuestro trabajo y familia?

 

 

La sensación de soledad, tu peor enemiga

El primer activo que perdemos en nuestra jornada laboral de teletrabajo son las relaciones personales directas. Prácticamente no interactuamos con nadie, esta “perdida de compañeros” nos puede conducir a situaciones de asolamiento e hiperenganche al trabajo.

La sensación de soledad puede afectar muy directamente a nuestro desempeño laboral. Muchas personas puede sentirse perdidas frente a esta nueva situación, afrontando su día a día sin el respaldo del resto del equipo.

El sentimiento extra de responsabilidad puede llevarnos al otro extremo, a no saber cuando parar. Es importante trazar una línea (en ocasiones muy fina) que separe nuestro tiempo laboral con nuestro tiempo personal.

 

La clave es una correcta gestión del tiempo:

El sentimiento extra de responsabilidad puede llevarnos al otro extremo, a no saber cuando parar. Es importante trazar una línea (en ocasiones muy fina) que separe nuestro tiempo laboral con nuestro tiempo personal.

 

Algunas pautas a seguir para auto-gestionar nuestra jornada de forma exitosa:

 

  1. Planea tu jornada

Dedica, antes que nada, unos minutos a planificar tu jornada. Aquellas tareas en las que trabajaras hoy, en otras palabras, establece mini objetivos dirarios.

  1. Empieza fuerte

Arranca tu jornada laboral priorizando lo más importante. Se acostumbra a decir que no puedes posponer las cosas realmente importantes. Establece tu día a día laboral clasificando las tareas por orden de importancia.

  1. Planifica tus escapes y distracciones

Es inevitable caer en distracciones, así como, la necesidad de evadirse.

¡No puedes sentirte culpable por ello!

Algo imposible es focalizar toda nuestra atención y ser productivos el 100% del tiempo. Las distracciones van a aflorar, podemos planificarlas como recompensa a diferentes tareas o lapsos temporales.

¡Es algo beneficioso!

Nuestro cuerpo y mente necesitan un breve descanso para retomar su máximo nivel de concentración y producción.