En el contexto en el que nos encontramos, muchas personas se encuentran realizando teletrabajo desde casa. Por obligación básicamente.
Esta situación puede ser muy beneficiosa para las personas, puesto que teóricamente reúne algunos requisitos para mejorar la calidad de vida y, de forma directa la conciliación familiar.
Pero… ¡también puede tener consecuencias negativas! Sobre todo, a aquellas personas que no han realizado nunca esta modalidad a distancia. El teletrabajo puede suponer un gran reto si no tenemos claro como actuar, requiere muchísima disciplina, autocontrol y responsabilidad para encontrar la línea de actuación.
Si nos desviamos podemos derivar en un gran exceso de trabajo o, por el contrario, en la más absoluta procrastinación.
¿Cómo teletrabajar de forma óptima?
Aquí van 8 consejos para aprovechar al máximo el trabajo desde casa:
- Dale la importancia que merece
En algunas ocasiones, cuesta valorar nuestro trabajo con la importancia que merece. Nos lo debemos tomar muy en serio, tanto como si estuviéramos en la oficina de forma presencial. Es fácil que la mente nos juegue una mala pasada y al vernos en casa, así informales, no nos deje valorar realmente nuestro trabajo.
- Sigue tu rutina, o crea una nueva
La organización es vital para mantenernos productivos. Por ello, es imprescindible marcarnos los horarios y rutinas diarias. ¡Y las seguiremos a rajatabla!
Una forma fácil de crear esta nueva rutina es establecer los nuevos horarios y acciones antes de empezar a trabajar. Programar el despertador con la antelación suficiente para mantenernos activos antes de empezar a trabajar.
Procura no perder el foco y distraerte con la lavadora, la televisión, una visita a Facebook, las entradas para el cine, los vuelos para las vacaciones… Deja todo esto para cuando acabe tu horario de trabajo.
- El espacio de trabajo es importante ¡Créalo!
Es muy tentador trabajar desde posiciones muy cómodas, como el sofá o la cama, incluso en pijama. O simplemente poner el portátil encima de la mesa y ponerse a trabajar.
Lo mejor que podemos hacer para no afectar a nuestra mentalidad y productividad es crear un espacio de trabajo. Intentar imitar un pequeño ambiente de oficina, con un espacio de trabajo profesional equipado con todo lo que necesitas.
- Evita distracciones y distractores.
¡Crea conciencia!
Hay que concienciar y hacer entender a la personas que te rodean que estás trabajando. Pese a estar en casa, hay algunas horas o momentos en que no estás disponible. Igual que pasaría si estuvieras en tu puesto de trabajo.
- No dejes de moverte, tómate tiempo para ti.
Al no salir de casa prácticamente, es fácil caer en tendencias sedentarias.
Hay que moverse y mantenerse activo/a, algo fundamental para tu cuerpo pero también para tu mente. Toma pequeños descansos para desconectar mentalmente, pero también para moverte un poco.
Prueba a “pasear” por casa, realiza pequeños estiramientos o sal al balcón/ventana para respirar un poco de aire fresco antes de retomar el trabajo.
- Separa en todo momento, no te dejes absorber.
Al encontrarnos en casa es muy fácil caer en el error de no separar, tiempos ni espacios laborales y personales.
Como ya hemos abordado en el segundo punto, respeta tus horarios. Al tener mucho más a mano nuestro trabajo, nos podemos ver respondiendo mails, realizando documentos, etc. fuera de nuestro horario laboral.
Al gozar de mucha más flexibilidad debemos ser mucho más estrictos con los horarios laborales, de otro modo, podemos vernos sobrepasados o quemados de forma rápida.
- Sigue en contacto con compis y jefes/as
Hoy en día la tecnología nos permite tener un contacto casi constante, por multitud de vías. Mantener contacto constante con compañeros y superiores es una fórmula eficaz para mantener la mentalidad de oficina, pero sobre todo para sentirse respaldado y acompañado.
- ¡Aprovecha la oportunidad!
Poder trabajar desde casa es una gran oportunidad, tanto para ti como para tus seres queridos. ¡Aprovechala!